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Hay que tener cuidado con la radiación

nuclear, pero sin ser alarmistas

Por Sanjay Gupta
Miércoles, 16 de marzo de 2011 a las 11:02
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La exposición a largo plazo puede ser un problema, incluso en dosis menores (AFP).
La exposición a largo plazo puede ser un problema, incluso en dosis menores (AFP).
El efecto de la radiación en los humanos
¿Cómo prevenir los efectos de radiación?
Dr. Sanjay Gupta es neurocirujano y Corresponsal Médico en Jefe de CNN. En esta ocasión, ofrece un testimonio desde Japón sobre los desastres naturales y nucleares.
AKITA, Japón (CNN)— Este martes tomamos la decisión de viajar desde Sendai hacia una zona al noroeste de Japón llamada la prefectura de Akita. De forma colectiva hicimos esto para ser cuidadosos, no temerosos. Para entender por qué, vale la pena explicar lo que ha ocurrido y cuál es el impacto que esto tendría en el cuerpo humano.
Desde que el tsunami azotó el viernes 11 de marzo, ha habidopreocupaciones por las plantas de energía nuclear en Fukushima. En un principio escuchamos que los sistemas de enfriamiento necesarios no estaban funcionando bien. Había varios lugares en los que los gases, sobre todo el hidrógeno mezclado con niveles bajos de partículas radiactivas, fueron ventilados de las instalaciones para prevenir una sobrecarga de presión. Hubo tres explosiones aisladas, y este martes, un incendio quemó uno de los seis reactores.
Las autoridades del gobierno japonés y de la agencia nuclear asumen las altas posibilidades de al menos un sobrecalentamiento y colapso parcial en los contenedores de tres de los reactores de la planta, pero no pueden acercarse lo suficiente como para confirmarlo.
En cuanto al peor escenario posible, es decir, un sobrecalentamiento y colapso total del contenedor de uno de los reactores, las autoridades dicen que las medidas de seguridad de la planta (las capas de contención del centro del reactor) deberían prevenir que el material radiactivo escape.
Mi colega, Stan Grant, me dijo que parece ser que están colocando muchas esperanzas en el acero y concreto cuando todo lo demás parece haber fallado.
El martes por la mañana escuchamos que el portaaviones USS George Washington, atracado a 280 kilómetros de la planta Fukushima, detectóbajos niveles de radiactividad. En ese momento, estábamos a 65 kilómetros de la planta, y toda esa información nos hizo tomar la decisión de viajar lejos, a Akita.
¿Cómo se mide la radiación nuclear?
Junto con Stan Grant, he estado uniendo las piezas de información que hemos recopilado poco a poco, y contextualizando los sucesos desde una perspectiva médica. Para empezar, la forma en la que se mide la radiación es importante.
Por ejemplo, se utiliza la unidad de medida de Grays para medir la cantidad de radiación absorbida. Si quieres darte una idea delimpacto en el cuerpo, el sievert es la mejor medida, porque toma en cuenta no sólo la cantidad de radiación absorbida sino también el tipo de radiación.
Eso nos lleva a otra parte importante del rompecabezas: la cantidad de radiación que se emite. Según las lecturas del martes, los niveles registrados cerca de una de las plantas fueron des hasta 400 milisieverts (mSv). Se trata de lecturas hechas dentro de la planta, y es justo decir que los niveles son cada vez más bajos a medida que nos alejamos, y los componentes radiactivos se descomponen y dispersan.
Los síntomas de la exposición a radiación peligrosa
Si te realizan una radiografía de pecho, en promedio recibirás 2 mSvs. Un escaneo TAC en el pecho te dará cerca de una dosis única de algunos cientos de mSvs.
Para darte una idea de si alguien desarrollará mareos por radiación, necesitas saber la cantidad de sieverts y también la prolongación de la exposición.
Por ejemplo, la exposición a un sievert completo (equivalente a 5 radiografías de pecho) podría ser considerada una exposición tenue. En seis horas la persona afectada podría sentirse nauseabunda.
En caso de una exposición más prolongada, de entre 2 y 6 sieverts, la náusea aparecería en un par de horas, así como un sangrado intenso de los intestinos.
Por encima de 6 sieverts, la mortalidad comienza a acercarse al 90%. 
Una vez más: las lecturas oficiales más altas de las que hemos escuchados son de 400 mSvs: menos de la mitad de un sievert completo. Esto significa que el nivel de radiación actual se encuentra a apenas el 6% de peligrosidad de llevar a la muerte.
Se necesita 15 veces esa cantidad de radiación para matar a una persona.
Es importante tomar en cuenta que la exposición a largo plazo puede ser un problema, incluso en dosis menores. En este caso, la radiación puede causar mutaciones en la estructura genética de las células.
Con base en la información que hemos recibido de las autoridades, una limpieza sofisticada y minuciosa de la zona será una de las medidas para prevenir la exposición a la radiación a largo plazo de los residentes de la zona de Fukushima.
También es posible que después se liberen niveles de radiación más altos y más peligrosos. Según la situación actual, se cree que nadie fuera del radio de 20 kilómetros de evacuación desarrollará problemas de salud a largo plazo.
Sería imposible ofrecer una recapitulación completa de todas las especificaciones en torno a la exposición a la radiación y a los problemas de salud asociados, pero después de leer esto, ¿estás más o menos preocupado sobre lo que está ocurriendo en Japón?
Revisado por el experto en radiación nuclear, Daniel Polanski, del Departamento de Salud Pública de Georgia.


El accidente más importante luego del desastre de Chernobyl

13/03/11
Es lo que sostienen expertos consultados por Clarín. Hay dudas sobre los controles.
Primero hubo un escape de material radiactivo. Luego sobrevino una dramática explosión en el edificio que alberga uno de los reactores nucleares del complejo Fukushima Daiichi, en el nordeste de Japón. Fue otra consecuencia del terremoto y maremoto que golpeó el país. Ayer la Agencia de Seguridad Nuclear temía un derretimiento del núcleo del reactor . Este escenario, según los expertos internacionales, es lo que configura una “potencial catástrofe”. De hecho, ya se lo menciona como el accidente más importante ocurrido después del desastre de Chernobyl (Ucrania) en febrero de 1986.
Según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, el nuevo accidente nuclear alcanzó el grado 4 y sólo fue superado por el de la planta ucraniana (nivel 6) y el de Three Mile Island, EE.UU., en 1979 (nivel 5). Esa agencia reconoció que el nivel de radiaciones en el lugar excede el límite que se admite para todo el año . Esto explica que ayer las autoridades evacuaran cerca de 50.000 habitantes de los alrededores de la planta, previa medición del nivel de radiaciones al que estuvieron expuestos.
En las usinas del tipo de la unidad 1 de Fukushima, el centenar de elementos combustibles atómicos (barras de uranio enriquecido) está encerrado dentro de un contenedor lleno de agua, que cumple en simultáneo la misión de refrigerar el núcleo y moderar la reacción nuclear. En esa “caldera atómica”, el agua entra en ebullición y produce el vapor que moverá una turbina acoplada a un generador de electricidad. De tal modo, el principio que lleva a producir energía eléctrica no difiere del de cualquier usina que funcione con diesel o gas. Lo que cambia es el combustible que caldea la “olla”.
Argentina y Brasil son los dos únicos países nucleares de América del Sur. Ambos poseen dos plantas atómicas en funcionamiento. En el caso argentino, Atucha y Embalse operan con combustible de uranio natural apenas enriquecido y utilizan agua pesada para enfriar el núcleo. Las plantas brasileñas, en cambio, funcionan con reactores presurizados de uranio enriquecido y agua común como refrigerante. Este modelo (PWR) es el más común en el mundo. A pesar de ser antiguos en esta área no han registrado accidentes.
El reactor que equipa Fukushima se conoce como BWR, que traducido del inglés significa “agua hirviente”. En esta variante, el vapor producido por la “caldera atómica” y que moverá la turbina es reinyectado al interior del reactor luego de volver al estado líquido para cumplir con su misión de enfriamiento. Allí es donde en apariencia se produjo la falla que ha puesto al mundo en alerta. Con el temblor, las centrales fueron desactivadas automáticamente. Pero, a diferencia de las usinas convencionales, los reactores requieren ser enfriados durante algunos días para evitar, precisamente, que se funda el núcleo. Un “apagón” en la planta, producida por el terremoto, impidió operar motores, válvulas e instrumentos que controlan el sistema refrigerante en el interior del núcleo.
Así, se recalienta “y el riesgo de su derretimiento se vuelve una realidad” , estimaron especialistas brasileños y argentinos consultados por Clarín . Fue lo que ocurrió en Three Mile Island y en Chernobyl.
Es cierto que la “olla nuclear” está dentro de un contenedor de acero, de forma cilíndrica, que su vez es protegido por un edificio de concreto. Pero no es posible descartar una “crisis nuclear”: el núcleo podría alcanzar temperaturas tan elevadas que la masa derretida se funda al contenedor y de allí trasvase al exterior. Hasta anoche la dueña del complejo, la Tokio Electric Power, trataba de calmar el miedo. Según la firma, el reactor estaba intacto y había declinado el nivel de radiactividad registrada en las vecindades de la usina. Admitió sin embargo que había existido un aumento de la presión en el interior de la central, hasta llegar a duplicar el estándar permitido. Para aliviar la situación optaron por liberar vapor al exterior. Ayer, las declaraciones de la compañía sugirieron que no había logrado controlar el exceso de calentamiento excesivo del núcleo. Fue entonces que decidieron inyectar agua de mar en el edificio con adición de ácido bórico destinado a inhibir la reacción nuclear.
Los expertos dudan de los informes, al advertir que con la liberación de vapor a la atmósfera necesariamente hay una contaminación radiactiva a la que quedan expuestos los habitantes de la zona. De hecho, ayer se sabía registrado el aumento en la radiactividad cerca de Fukushima. Entre tanto, el comunicado de la Agencia Internacional de Energía Atómica –el organismo que vela por la actividad nuclear pacífica en el mundo—no se apartó del tono de cautela asumido por las autoridades japonesas y de los escasos detalles aportados por la firma propietaria de los reactores.